lunes, 25 de abril de 2011

Gustave Caillebotte

                                                                      
Autoretrato de Gustave Caillebottte
 Pocos pintores, por no decir ninguno, contribuyeron tanto al fenómeno impresionista como Gustave Caillebotte (1848-1894), y, sin embargo, este nombre aparece siempre en una segunda fila, por detrás de outsiders como Monet, Renoir, Degas, y compañía. A su obra pictórica, importantísima aunque quizás no al mismo nivel que la de los célebres pintores citados antes, Caillebotte añade una vital labor de mecenazgo, gracias a su acomodada condición social, que permite a los demás pintores impresionistas exponer en diversas exposiciones y trabajar con la seguridad de que el joven Caillebotte no dudaría en ayudarlos económicamente si sus obras no se vendían en suficiente cantidad. Por si esto fuera poco, Caillebotte donó a su muerte una importantísima colección de pinturas al Estado francés.

Joven tocando el piano

Pero vamos a dejar un poco al margen esta labor de mecenas y centrarnos en la carrera pictórica de Caillebotte. Más joven que la mayoría de sus colegas impresionistas, no participa en la primera exposición de 1874, pero, no obstante, sí lo hace en la de 1877, causando estupor entre críticos y compañeros. Su obra resultaba extraña: mientras que el dibujo y las composiciones resultaban muy similares a la pintura académica e incluso obsoleta del Salón, sus colores y pinceladas tenían una vocación claramente impresionista.

En su primera obra maestra, Los acuchilladores (1876, París, Museo d'Orsay) Caillebotte reúne un enfoque casi fotográfico con una composición marcada por una extraña y vertiginosa perspectiva, característica constante en sus primeras obras. Esta obra ejemplifica como ninguna otra obra el estupor que Caillebotte podía causar entre los asistentes a las primeras exposiciones impresionistas. Zola, quien apreciaba bastante a Caillebotte, la describía como "una pintura antiartística, limpia, helada y burguesa, a fuerza de exactitud." No es de extrañar que los mayores aplausos a esta obra vinieran de los sectores conservadores del salón, lo que quizás no agradó demasiado al artista.

Los acuchilladores 1875

El Puente de Europa (1876, Ginebra, Museé du Petit-Palais) y, sobre todo, París, tiempo de lluvia (1877, The Art Institute of Chicago) mantienen las características de la pintura anterior, y convierten el Paris de Haussmann en el escenario favorito de las personalísimas perspectivas de Caillebotte.
A partir del año siguiente, Caillebotte comienza a alejarse del estilo serio y frío del Salón para crear su propio estilo plenamente impresionista. Esto resulta evidente en las diferentes versiones del Hombre en el balcón , en los que la originalidad de la perspectiva atrapa al espectador, atrayéndolo a mirar más allá del hombre -en apariencia el protagonista de la pintura- para centrarse en la grandiosidad del espacio exterior.
El la década de 1880 la carrera de Caillebotte da un giro radical al trasladarse a una casa frente a Argenteuil, a orillas del Sena, donde comienza su afición por los veleros y las regatas.
París en tiempo de lluvia 1877.
Las obras de este periodo se caracterizan por una moderación en las perspectivas, menos forzadas que en la mayoría de pinturas urbanas de París, aunque continúa con las composiciones inusuales, ya sea por extraños puntos de vista o por estar en apariencia arbitrariamente cortadas. Las bellas imágenes de veleros que pinta Caillebotte tienen una clara influencia en las que Monet representara unos años antes.

sábado, 23 de abril de 2011

Pierre-Auguste Renoir



Jovencitas al piano (1892). París, Musée d'Orsay

Hoy día se quiere explicar todo. Pero si se pudiera explicar un cuadro, no sería una obra de arte. ¿Debo decirle a usted qué cualidades constituyen a mi juicio el verdadero arte? Debe ser indescriptible e inimitable... La obra de arte debe cautivar al observador, envolverle, arrastrarle. En ella comunica el artista su pasión; es la corriente que emite y por la que incluye el observador en ella". "Yo pongo ante mí el objeto tal y como yo lo quiero. Entonces empiezo y pinto como un niño. Me gustaría que un rojo sonara como el tañido de una campana. Si no lo consigo la primera vez, tomo más rojo y otros colores, hasta que lo tengo. No soy más listo. No tengo más reglas ni métodos. Cualquiera puede probar el material que uso o verme mientras pinto: se dará cuenta de que no tengo secretos". Estas dos frases resumen de manera contundente la filosofía de Renoir, uno de los grandes maestros  impresionismo que con sus obras ha cautivado a una legión de admiradores en todos los museos y colecciones donde se pueden contemplar.Pierre-Auguste Renoir nació el 25 de febrero de 1841 en la localidad francesa de Limoges. Era el cuarto hijo de Léonard Renoir y Marguerite Morlet. Su padre era sastre y deseaba ampliar su fortuna por lo que decidió trasladarse con toda la familia a París, en 1845, esperando aumentar su capital, cosa que no ocurrió. El pequeño Pierre acude a las clases de los Hermanos de las Escuelas Cristianas cuando tiene siete años, iniciándose en la lectura y la escritura. Será en estos momentos cuando ya empiece su admiración por el dibujo, llenando de apuntes todos sus cuadernos. También sobresale en el canto, lo que provocará que el maestro de la capilla de Saint-Eustache se convierta en su profesor de solfeo, ingresando el pequeño en el coro de la iglesia cuando tiene nueve años. Léonard Renoir prefiere que Pierre se encamine hacia el dibujo ya que así podrá dedicarse a la decoración de porcelanas, una actividad tradicional en Limoges. En efecto, en 1854 Pierre ingresa como aprendiz en el obrador de los Lévy, pintores de porcelanas. Pronto destacará en la decoración floral y se le encargará la ejecución del retrato de María Antonieta en las tazas de café. Por las noches asiste a un curso en la Escuela de Dibujo y Artes Decorativas dirigido por el escultor Callouette. Se entusiasma tanto con la pintura que en lugar de comer, al mediodía acude al Louvre para copiar y dibujar a los grandes maestros:
Retrato de Aline Charigot(1885).
Filadelfia, Museum of Art.
Tiziano, Tintoretto, Fragonard, Boucher, Velázquez, Rubens... Esta admiración por los grandes se mantendrá toda la vida y será una referencia constante en buena parte de sus obras. Decoraba las porcelanas diez veces más rápido que sus demás compañeros por lo que consiguió amasar una pequeña "fortuna" que le servirá de ayuda cuando en 1854 la empresa Lévy vaya a la  encargo de decorar un café en la rue Dauphine. Poco a poco va ganándose la quiebra. Pierre tiene diecisiete años y no duda en colaborar con su hermano mayor, Pierre-Henri, pintando abanicos, coloreando escudos o pintando telas de iglesia para los misioneros de Ultramar, legando a recibir elvida gracias a los ahorros y los emolumentos que percibe, interesándose cada vez más por la pintura. Sus visitas al Louvre son cada vez más frecuentes y se apasiona por sus maestros -"¡Cuantas veces he pintado El embarque para Citerea! Así eran los primeros pintores con los que me familiaricé, Watteau, Lancret y Boucher. Mejor dicho: Diana en el baño fue el primer cuadro que me impresionó, y toda la vida he seguido queriéndolo como uno quiere a su primer amor" comentaría años después- por lo que decide ingresar en la Escuela de Bellas Artes. Supera el examen y el 1 de abril de 1862 se inscribe en las clases impartidas por Charles Gleyre y Emile Signol. En estos momentos conoce a Fantin-Latou, con el que visita el Louvre. Pero la rigidez académica no entusiasma al joven Renoir por lo que no duda en matricularse en el estudio privado de Gleyre, estudiando el desnudo del natural y sin someterse a la directa presión del maestro ya que Gleyre dejaba bastante libertad a sus alumnos.En el taller de Gleyre conocerá a tres de sus mejores amigos: Claude Monet, Alfred Sisley y  Frédéric Bazille. Los cuatro jóvenes congeniaron estupendamente y pronto empezaron a ir a trabajar directamente en la naturaleza, "a plein air", en el bosque de Fontainebleau, de la misma manera que hacían los maestros de la Escuela de Barbizon: Daubigny, Díaz de la Peña o Corot. Incluso cuando Gleyre abandonó las clases a causa de su avanzada edad, en 1864, los cuatro jóvenes artistas continuaron trabajando juntos sin recurrir a ningún maestro directo. Pero Renoir, igual que todos los artistas de su tiempo, deseaba alcanzar pronto el triunfo por lo que no dudó en enviar al Salón de París una obra ese mismo año: Esmeralda bailando con su cabra, inspirada en la novela de Victor Hugo. La obra fue admitida pero posteriormente el propio Renoir no dudó en destruirla ya que no estaba satisfecho con el resultado, práctica bastante habitual en él.En estos años centrales de la década de 1860 Renoir no sólo admira a los maestros clásicos sino que también se interesa por los creadores que han roto los esquemas en su siglo. Delacroix y Courbet serán para el joven pintor dos referencias tremendamente importantes. En 1865 se encontrará con el gran maestro realista en Marlotte, sintiendo una profunda emoción. Este mismo año conocerá a Lise Trehót, amiga de la hermana de su buen amigo Jacques Le Coeur, quien se convertirá en su modelo favorita hasta 1872.Las ansias de triunfo en el Salón le llevaron a enviar obras tanto en 1866 como en el año siguiente pero el jurado las rechazó tajantemente, igual que las enviadas por Manet o Cézanne. Los jóvenes artistas protestan ante la organización y reclaman la organización de un "Salon des Refuses" pero no consiguen sus objetivos. Estos nuevos creadores tienen su centro de reunión en el barrio de Batignoles, concretamente en el café Guerbois, donde Manet se erige en su líder, acudiendo a la tertulia escritores y críticos artísticos como Emile Zola, uno de los primeros defensores de las nuevas ideas.Renoir va recibiendo algunos encargos que le sirven para superar su desgraciada situación económica, similar a la de sus compañeros, tal y como se recoge en estas palabras: "No comemos todos los días, pero aún así estoy de buen humor. (...) Monet nos invitaba de vez en cuando a comer. Y entonces nos atiborrábamos de pavo mechado, para el que había vino de Chambertin". Monet y Renoir utilizarán como modelo, en el verano de 1869, un cabaret flotante en la isla de la Grenouillère tomado directamente del natural, interesándose por el cambio de tonalidades en los objetos según la luz incida en ellos o por las atmósferas creadas por el aire alrededor de esos objetos. Estaba surgiendo el impresionismo.Un cambio de aires en el jurado del Salón de París permitió que en los últimos años de esta década los jóvenes creadores mostraran sus obras en la exposición oficial. Pero en julio de 1870 estalla la Guerra Franco-Prusiana y todos los artistas, en edad militar, son llamados a filas. Algunos, como Monet, abandonan Francia pero Renoir fue destinado al 10º regimiento de Cazadores, en Tarbes. Allí permanecerá hasta su desmovilización, el 15 de mayo del año siguiente. Su regreso a París coincide con los días de la Comuna, que será cruelmente sofocada por el ejército.Las consecuencias de la derrota de Napoleón III ante Alemania afectarán también al campo del arte ya que el nuevo jurado del Salón rechazaría sistemáticamente toda innovación, no dudando en criticar e incluso ridiculizar las obras de los jóvenes creadores. La situación económica de éstos, procedentes en su mayoría de familias sin grandes recursos, se hará cada vez más asfixiante por lo que pronto surgirá la idea de fundar una asociación de artistas encaminada a exponer sus trabajos al margen de las instituciones oficiales. Algunos marchantes como Durand-Ruel o Ambroise Volard empezaron a interesarse por las obras de los rebeldes y compraron sus lienzos, aun a riesgo de perder dinero. La apuesta de los jóvenes creadores era cada vez más fuerte y en diciembre de 1873 fundan la Sociedad anónima cooperativa de artistas pintores, escultores, grabadores. La primera exposición de este grupo se celebró entre el 15 de abril y el 15 de mayo de 1874, exhibiendo sus trabajos un total de 30 artistas entre los que encontramos a Boudin, Pisarro, Guillaumin, Cézanne, Monet, Gautier, Sisley, Renoir, Morisot y Bracquemont. La muestra se llevó a cabo en las salas cedidas por el fotógrafo Nadar, en el boulevard des Capucines. Acudieron unos 3.500 visitantes que, en su mayoría, se mofaron de lo allí expuesto. Louis Leroy, el crítico de la revista "Chirivari" aludió peyorativamente a los miembros del grupo llamándoles impresionistas, tomando el título de un cuadro de Monet para hacer una irónica burla de la muestra, pero el nombre gustó a los miembros del grupo que desde ese momento se denominaron asi.Renoir vendió tres de las obras presentadas pero su mala situación económica le llevó a convencer a Berthe Morisot y Monet para que organizaran una subasta pública en el Hôtel Drouot, en marzo de 1875. Las ventas serán escasas pero conocerán a Victor Chocquet, un admirador de Delacroix que se convertirá en uno de los más firmes defensores de la nueva pintura.Al año siguiente los impresionistas volvieron a realizar su segunda exposición, esta vez en la galería de Durand- Ruel. Renoir acudió con quince cuadros, entre otros Desnudo al sol. El crítico Albert Wolff escribió en "Le Figaro": "Cinco o seis locos se han encontrado aquí, obcecados por su aspiración de exponer sus obras. Mucha gente se destornilla de risa por estas chapuzas" catalogando el Desnudo de Renoir como un "amasijo de carnes en descomposición". La respuesta del pintor ante tan graves críticas será realizar su obra maestra:  Le Moulin de la Galette, presentada junto a otras veinte a la tercera muestra impresionista, celebrada en 1877 en la rue Le Peletier. Renoir será uno de los principales organizadores pero las ventas serán ridículas. Sin embargo, Pierre consigue recibir interesantes encargos como retratista, entre otros los de Madame Chapentier y la actriz Jeanne Samary, una de sus modelos favoritas en estos momentos.La pintura de Renoir empezará a conseguir cierto éxito en los años finales de la década de 1870, momento en el que su hermano Edmond escribe un artículo favorable en la revista "Vie Moderne", organizando su primera exposición individual. No enviará ningún trabajo a las tres exposiciones siguientes de sus compañeros impresionistas, ya que existían desacuerdos de carácter político entre él y algunos de sus camaradas, rechazando las ideas anarquistas y socialistas de varios de ellos.Gracias a los retratos Renoir consigue una estabilidad económica que le permite realizar un viaje a Argelia, en marzo de 1881, y a Italia, en el invierno de ese año. Visitará Venecia, Florencia, Roma, Sorrento y Capri, admirando las obras de los maestros del Renacimiento y del Barroco, especialmente Rafael. Y es que en estos primeros años de la década de 1880 la pintura de Renoir -al igual que algunos de sus compañeros como Monet y Pissarro- vive un periodo de crisis. Pero mejor dejemos que sea el propio pintor quien nos cuente cómo se sentía: "Hacia 1883 yo había agotado el impresionismo y al final había llegado a la conclusión de que no sabía ni pintar ni dibujar. Dicho en pocas palabras, el impresionismo llevaba a un callejón sin salida (...) en concreto, me di cuenta de que nuestro estilo era demasiado formalista, que era una pintura que llevaba a uno permanentemente a compromisos consigo mismo. Al aire libre la luz es más variada que en el estudio, donde sigue inalterable para todo propósito y tarea. Pero justamente por esta razón la luz juega un papel excesivo al aire libre. No se tiene tiempo para pulir una composición, uno no ve lo que hace. Recuerdo que una vez una pared blanca proyectaba sus reflejos sobre mi lienzo mientras pintaba. Yo seleccionaba colores cada vez más oscuros, pero sin éxito; pese a mis intentos, salía demasiado claro. Pero cuando más tarde contemplé el cuadro en el estudio, parecía completamente negro. Si un pintor pinta directamente del natural, en el fondo no busca sino efectos del momento. No se esfuerza en plasmar, y pronto sus cuadros se hacen monótonos". Este momento de crisis recibe el nombre de "periodo seco". Se interesará por la pintura de Ingres y cuidará más su dibujo, haciendo hincapié en el modelado, al tiempo que emplea un colorido más frío y suave. Las bañistas que pintará en esta década serán excelentes ejemplos de esta nueva manera de trabajar, tremendamente clasicista, aunque sin perder la frescura del impresionismo. Pero no siempre se encontrará satisfecho con los resultados de la nueva experimentación, entrando en épocas depresivas e incluso llegando a destruir todos sus trabajos de una temporada, como ocurrió en octubre de 1886. Las dudas acerca de su trabajo se extienden incluso a su marchante, Durand-Ruel, quien rechaza su nuevo estilo, sumiendo al artista en nuevos periodos de depresión.A principios de esta década de 1880 iniciará un estrecha amistad con una joven natural de Essoyes llamada  Aline Charigot, quien se convertirá en su modelo favorita en esta época. La bella joven encandilará al ya maduro artista y el 23 de marzo de 1885 nacerá el primer hijo de la pareja. Pierre. Renoir y Aline formalizarán su relación al contraer matrimonio civil el 14 de abril de 1890; dos hijos más nacerán de esta relación: Jean, el famoso director de cine, el 15 de septiembre de 1894, y Claude, llamado "Coco", el 4 de agosto de 1901. Para cuidar a los pequeños contaron con la ayuda de una prima de Aline, Gabrille Renard, que se convertirá en la modelo favorita del pintor hasta que ella se case en 1914.La fama de la obra de Renoir empieza a traspasar las fronteras de Francia gracias a las exposiciones organizadas por Durand-Ruel en Londres, Boston, Nueva York y Berlín, después de la celebrada en París durante el mes de abril de 1883 que mostró 70 cuadros. Los coleccionistas norteamericanos empezarán a manifestar una especie de fiebre por sus trabajos, adquiriendo buena parte de su producción que hoy se pueden contemplar en los museos y colecciones de la mayoría de las ciudades de los Estados Unidos. El grupo vanguardista belga de "Les Vingt" invita a Renoir a sus exposiciones de 1886 y 1890. Todo esto nos pone de manifiesto cómo el pintor se cotiza cada vez más y consigue escapar de los apuros económicos, especialmente desde la gran retrospectiva celebrada en 1892, reuniendo para la ocasión 110 cuadros. El Estado francés comprará uno de ellos para el Museo del Luxembourg: Yvonne y Christine Lerolle al piano. El éxito le permitirá realizar un viaje muy deseado: su destino es España, acompañado por el editor Paul Gallimard. La colección de Velázquez, Tiziano y Goya del  Museo del Prado causará una profunda impresión en el pintor, al igual que los frescos de San Antonio de la Florida ejecutados por el maestro aragonés. En 1896 realizará otro viaje, ahora a la localidad alemana de Bayreuth, para conocer el festival Wagner pero le resultó muy aburrido. Dos años más tarde será Holanda el nuevo destino, sintiéndose más interesado por la pintura de Vermeer que por Rembrandt.La enfermedad será la triste compañera de las tres últimas décadas de la vida de Renoir. Uno de sus primeros ataques de reuma, que le provocará una parálisis facial, se produce en diciembre de 1888. Para evitar que la enfermedad se radicalice, huirá del frío y buscará lugares cálidos, dirigiéndose hacia el Mediterráneo. Al reuma debemos añadir periódicos ataques de gota, acudiendo a los balnearios con cierta frecuencia para curarse. Las dolencias reumáticas serán cada vez más fuertes, provocando la deformidad de sus manos y brazos. Con vendas evitaba que las uñas crecieran dentro de la carne y para pintar se ataba los pinceles entre los rígidos dedos -"Ya ve usted. ¡No se necesitan manos para pintar!" decía al marchante Vollard-. Pesaba poco más de 48 kilos en 1907 y tres años después quedó postrado en una silla de ruedas, llegando a tener que utilizar un armazón de alambre a la hora de tumbarse en la cama para que las sábanas no rozaran su débil cuerpo. Y aún así su capacidad de trabajo será excepcional, haciéndose construir un caballete en el que el lienzo se podía enrollar como si se tratara de un telar. No olvidemos que su producción alcanza las 6.000 obras, siendo superado en número por muy pocos pintores. Incluso en estos años de grave enfermedad se dedicó a la escultura, utilizando al escultor Ricardo Guinó, alumno de Maillol, como ayudante, indicándole desde su silla de ruedas cómo debía modelar, llegando e entenderse sólo con breves sonidos.Las obras de esta etapa madura están caracterizadas por el vibrante chisporroteo del color, combinado con un potente modelado y un acertado dibujo. El color es aplicado con pinceladas rápidas y relajadas, recuperando el interés por la luz de sus años juveniles, destacando las tonalidades rojizas como preferidas. Algunas de sus obras gozan del clasicismo de Rubens al emplear contundentes modelos desnudas dotadas de gracia y alegría -"Miro un desnudo; hay miriadas de pequeñas motas de color. Tengo que buscar aquéllas que hagan de esa carne, sobre mi tela, algo que viva, algo que se mueva" comentaría el propio artista-. Y lo más sorprendente es que, a pesar de su delicado estado de salud, todas estas obras tardías están envueltas en un halo de felicidad, de romanticismo bucólico, recordando a la mítica Arcadia.Desde 1907 Renoir se instala en Cagnes-sur-Mer, a orillas del Mediterráneo, buscando el clima cálido que haría más llevadero su mal. Compró una finca denominada "Les Colletes" donde se hizo construir un taller que se convertirá en su último refugio. Los premios y honores le llegan desde diferentes lugares, siendo nombrado en 1911 Oficial de la Legión de Honor. Al año siguiente se publica un artículo sobre su obra en la prestigiosa revista "Scribner´s Magazine" de Nueva York y ese mismo año Maier-Graefe publica la primera monografía sobre el artista. Sus obras alcanzan precios cada vez más altos en las subastas. Pero la enfermedad le sigue castigando y él busca en la pintura su único refugio.La Primera Guerra Mundial provoca la movilización de Pierre y Jean, recibiendo al poco tiempo diversas heridas. Recuperados, vuelven al frente y Jean es de nuevo herido, consiguiendo recuperarse. Sin embargo, en 1915 Renoir recibe un durísimo golpe: Aline fallece víctima de la diabetes el 27 de junio en un hospital de Niza, tras un breve periodo de tratamiento. Tenía 56 años.Pierre continúa buscando en la pintura su vía de escape. "Todavía hago progresos" comentaba. Fue a París en 1919 para contemplar como una de sus obras estaba expuesta junto a Las bodas de Caná de Veronés. El 3 de diciembre de ese año fallecía el pintor en Cagnes, tras haber pedido un lápiz para dibujar, diciendo, según se cuenta: "Flores" antes de fallecer. Tres días más tarde era enterrado en Essoyes junto a su esposa. En los últimos años de su vida fue frecuentemente visitado por los jóvenes creadores, entre ellos Matisse o Modigliani, que veían en el anciano pintor a un fuerte estímulo para continuar con sus trabajos, a pesar de que sus estilos no tuvieran mucho en común.           
                                                                                    

              

  
                                                       

Vicent Van Gogh


El tesón y las ganas de trabajar - más de 800 cuadros en nueve años como pintor - que demostrará Vincent a lo largo de su corta vida son encomiables y definen claramente la biografía de este magnífico pintor neo-impresionista. Vincent Willem van Gogh nace en Groot Zunder (Holanda) el 30 de marzo de 1853 en el seno de una familia de clase media. Su padre - Theodorus van Gogh - era un pastor protestante y su madre - Anna Cornelia Carbentus - pertenecía a una importante familia de encuadernadores. Sus tíos paternos se dedicaban al comercio de obras de arte, fundando la sucursal holandesa de la prestigiosa firma Goupil & Cie. No existen muchos datos sobre su infancia, iniciando sus estudios en 1861 y destacando en el aprendizaje de inglés, alemán y francés. Abandona repentinamente el instituto donde estudia y regresa a su casa; son los escasos datos que conocemos de estos años de adolescencia ya que hasta los 30 no tendrá vocación artística. Con 16 años empieza a trabajar en la galería Goupil, fundada por su tío en La Haya. Allí se vendían preferentemente obras de artistas holandeses contemporáneos - la conocida como Escuela de la Haya que buscará sus raíces en el paisaje realista del Barroco con Jacob van Ruysdael como principal protagonista - y de la Escuela francesa de Barbizon, origen del Impresionismo. Durante los cuatro años que Vincent estuvo en La Haya se empapó de estas escenas que tenían bastante salida comercial. Pero ya en estos momentos se inicia su profunda admiración por Millet, a quien considera el padre de la nueva pintura francesa. Anton Mauve, uno de los miembros de la Escuela de La Haya, contrae matrimonio con una de las tías de Vincent, quince años mayor que su marido, convirtiéndose Mauve en el primer mentor artístico de Van Gogh. En 1873 Vincent se traslada a Londres para trabajar en la sucursal de Goupil de la capital británica. Su primer año allí será de entera felicidad, apreciando la pintura de Constable y Turner, y afirmando su admiración por la pintura holandesa contemporánea. Parece que su primera crisis psíquica fue motivada por el rechazo sentimental de la hija de su patrona, la joven Ursula Layer, de quien se había enamorado profundamente. El deterioro físico y psíquico de Vincent fue tal que se le trasladó a la oficina de París por un periodo de tres meses. Vincent se volcó en la religión tras su fracaso amoroso, convirtiéndose en un hombre extraño. En 1875 regresa a París procedente de Londres - donde había estado los últimos seis meses - trabajando de nuevo en la central de la casa Goupil. Se obsesiona con la religión, descuidando su aspecto, leyendo continuamente la Biblia, incluso en el trabajo. También es un asiduo visitante del Louvre y del Museo del Luxemburgo. Cada vez rinde menos en el trabajo; por consiguiente, los jefes de la casa Goupil le dan un plazo de tres meses para que presente su dimisión. Corría el mes de enero de 1876 cuando Vincent abandona París y regresa a Inglaterra, siendo profesor en una escuela de Ramsgate donde su sueldo era el alojamiento y la comida. En julio de 1876 se instala en las cercanías de Londres, formando parte de una escuela metodista cuyo director le anima a impartir clases de ética y a predicar. Durante las Navidades de ese año regresa a Holanda y su padre le convence para que se quede en casa. En 1877 inicia un nuevo trabajo en una librería de Dordrecht gracias a la recomendación de su tío. Vive solo y no le interesa el trabajo por lo que pretende matricularse en la Facultad de Teología de Amsterdam en dos ocasiones sin obtener resultados positivos. Tras nuevos intentos fracasados, su padre consigue que se le otorgue un acuerdo para permanecer por un periodo de seis meses como predicador a prueba en el sector de Masnes, en la región belga de Borinage. Durante tres años estará Vincent trabajando con comunidades mineras, renunciando a sus escasas pertenencias para vivir como ellos. Ya entonces empieza a contar con la colaboración económica de su querido hermano Theo, quien trabaja en la central de Goupil en París. Esta dependencia económica se mantendrá durante el resto de la vida de Vincent. El ardor religioso remite y Vincent abandona a los mineros. Posiblemente haya decidido convertirse en un artista profesional por lo que se traslada a Bruselas, compartiendo estudio con Anton van Rappard. Inicia estudios de perspectiva y anatomía, acompañados de lecturas complementarias. En abril de 1881 Vincent regresa a la casa paterna de Etten, donde permanecerá ocho meses al enamorarse apasionadamente de su prima Kee Vos. Llega incluso a quemarse la mano ante el rechazo y se traslada a La Haya, viviendo con una prostituta embarazada que ya tenía un hijo llamada Sien Hoornik. Al pensar Vincent en hacerla su esposa, su padre considera declararle demente para alejarle de Sien. En esta breve etapa en La Haya se sitúa bajo la dirección artística de su tío Anton Mauve. Vincent realiza su primer óleo titulado Muchacha bajo los árboles en tonos oscuros siguiendo a la próspera Escuela de La Haya. Su compañera Sien será su modelo en múltiples dibujos. Pero la relación Vincent-Sien se agota y el pintor regresa a la casa paterna, ahora en Nuenen. Theo continúa su apoyo económico como anticipo de las ventas de unos cuadros que nunca se venderán. Vincent dirá a este respecto: "Yo no tengo la culpa de que mis cuadros no se vendan. Pero llegará el día en que la gente se dará cuenta de que tiene más valor de lo que cuestan las pinturas". Los dos años pasados en Nuenen (1883-1885) se culminan con la obra Campesinos comiendo patatas. Muerto su padre en abril de 1885, Vincent se siente más libre y en otoño se traslada a Amberes donde contempla los espectaculares retablos de la catedral ejecutados por Rubens, iniciando un aclarado de su paleta. La pintura de Delacroix también llamará su atención en estas fechas. Vincent tiene cada vez más claro que debe continuar su aprendizaje en París, donde se traslada por sorpresa en marzo de 1886. En la capital del arte del siglo XIX permanecerá por un periodo de dos años; primero se matricula en la escuela de Ferdinand Cormon para pintar modelos vivos. Allí conocerá a Toulouse-Lautrec, poniéndose en contacto con los impresionistas. Este nuevo movimiento artístico sirve a Vincent de punto de partida, aunque piensa que Millet ha hecho más por la pintura que Manet. Durante estos años realizará paisajes de las cercanías de su casa o bodegones de flores, apreciándose un aclarado de su paleta en relación con el periodo de Nuenen. También inicia ciertos experimentos con el Puntillismo así como conoce a Degas, interesándose por la figura humana. Pero la atención de Vincent se centra en sus contactos con los jóvenes Paul Signac y Émile Bernard, quienes consideran anticuado el Impresionismo. Ambos artistas influirán mucho en la obra de Vincent, que empieza a pensar en la creación de una comunidad de artistas. Las estampas japonesas supondrán también una importante influencia para el joven pintor, de igual manera que influyen en todos los movimientos del momento. Incluso llegó a reproducir varias estampas japonesas mientras el retrato de Père Tanguy está lleno de estampas niponas. El contacto de Vincent con Gauguin se inicia en el otoño de 1886. Entre ambos surgió un respeto mutuo, creciendo la admiración de Van Gogh hacia Paul a medida que pasaba el tiempo, haciéndose cada vez más fuerte la idea de constituir una sociedad de artistas en la que se compartieran gastos e ideas, ofreciéndose apoyo mutuo. En febrero de 1888 Vincent se traslada al sur de Francia, a Arles, buscando su lugar de escape, su Japón del Sur como él denominaba a la ciudad mediterránea. En Arles beberá mucho menos y creará mucho más. Alquilará una casa, la Casa amarilla, pero la soledad es muy dura - sólo mantenía relaciones con la familia del cartero Roulin y sus amigos - por lo que empezó a creer con más fuerza en su ansiada sociedad de artistas. Invitó a Gauguin a instalarse en Arles, aceptando éste trasladarse en octubre de ese año, tomando Paul el dinero que Theo Van Gogh le envió para dar gusto a la idea de su hermano. Vincent está en un tremendo estado de excitación ante la llegada de su amigo y se dedica a la decoración de la casa con una serie de paneles con girasoles. Cuando Gauguin llega, incita a Vincent a pintar de memoria, creando escenas como el Sembrador, en las que la naturaleza resulta ligeramente fantaseada. Pero la convivencia entre ambos artistas no es fluida y las discusiones cada vez suben más de tono. El desenlace se produce la noche del 23 de diciembre de 1888. Después de haber bebido mucho, discuten de nuevo y Vincent amenaza a su amigo con una navaja de afeitar. Gauguin, asustado, se marcha al hotel y Vincent, arrepentido por el desenlace de la disputa, decide arrancarse el lóbulo de su oreja derecha, entregándoselo a una prostituta para que lo lleve a Gauguin como señal de arrepentimiento. El escándalo fue mayúsculo y la policía acordonó la casa; Vincent es internado en el hospital y delira durante tres días. En enero de 1890 regresa a su casa y pinta las sillas - donde observamos la diferencia de ambos pintores - así como varios autorretratos donde se aprecia su mutilación. Las noticias de la promesa de matrimonio de Theo con Johanna Gesina Bonger, hermana de su amigo Anders Bonger, no hacen mucha gracia a Vincent, especialmente por la amenaza económica que suponía. Además, su amigo Roulin es trasladado a Marsella quedándose bastante solo de nuevo. En febrero Vincent es ingresado de nuevo en el hospital al cuidado del doctor Felix Rey ya que padece de insomnio y alucinaciones, imaginándose que alguien quiere envenenarle. Un mes más tarde, un grupo de treinta vecinos de Arles solicita el internamiento del "loco del pelo rojo" como le denominan, una vez más, en el hospital. La policía cierra la Casa Amarilla con todos sus cuadros. Tras abandonar el hospital, Vincent abandona su hogar y se instala en dos pequeñas habitaciones del doctor Rey. Las recaídas son cada vez más frecuentes y el propio Vincent desea ingresar en un sanatorio, lo que ocurre el 8 de mayo. Voluntariamente, se marcha al sanatorio mental de Saint-Paul-de-Mausole, cerca de Saint-Rémy, a 27 kilómetros de Arles. ¿Cuál era la enfermedad de Vincent? Exactamente desconocemos a qué se debían esas crisis y ataques, surgiendo múltiples hipótesis. La más certera sería una inestabilidad psíquica de carácter congénito, acentuada por el abuso del alcohol. No en balde el doctor le rebajará la dosis de alcohol a medio litro diario, indicándonos esta noticia que era un alcohólico empedernido. Lo que no es del todo cierto es que las crisis que sufre Van Gogh influyan en su pintura ya que Vincent sólo duerme cuando tiene un ataque, teniendo miedo a estas crisis porque no puede crear durante esas fases. Por lo tanto, decir que la obra de Van Gogh es el resultado de los ataques de locura de un esquizofrénico es totalmente falso. Más bien nos encontramos ante la visión de una persona muy sensible que sabe aplicar el color como nadie en su momento. Este encierro en Saint-Rémy le obliga a pintar lo que hay alrededor del hospital, tanto las habitaciones, la naturaleza o los propios internos. Después de varios ataques - en uno de ellos intenta tragarse las pinturas - Vincent recibe la noticia de que Theo va a ser padre, deseando que el pintor sea el padrino del futuro bebé. Lleno de emoción, quiere regresar al norte de Francia para poder estar más cerca de sus amigos. Ahora trabaja copiando obras de Millet o Delacroix porque tiene miedo a pintar al aire libre. Tras una conversación con Pissarro, Theo considera conveniente que Vincent se instale en Auvers-sur-Oise, en el noroeste de París, al cuidado del doctor Gachet, famoso homeópata relacionado con los impresionistas. A fines de diciembre de 1889 sufre un nuevo ataque mientras está pintando e intenta tragarse las pinturas; una vez más el doctor le prohibe pintar, permitiendo la ejecución de dibujos. El 31 de enero de 1890 Johanna da a luz un niño al que se llamará como su tío, Vincent Willen. La noticia llena de alegría al pintor, que también se entera de la primera compra de un cuadro suyo - el Viñedo rojo - por parte de Anne Boch. En mayo de ese año viaja a París para conocer a su sobrino, pasando tres días en la ciudad, que le parece demasiado ruidosa e intranquila. Parte para Auvers, alojándose en una pensión primero y después en un Café. El doctor Gachet le cuida cariñosamente e incluso piensa que está curado, considerando que nunca más tendrá un ataque. Durante los dos meses que vivió en Auvers pintó más de 80 cuadros, demostrando estar en pleno éxtasis creador. El 6 de julio de 1890 Vincent va a París para ver a su hermano; le encuentra muy preocupado por su situación laboral, el problema de la vivienda y la enfermedad del pequeño Vincent. Se agobia por ser una carga para su hermano y temiendo un nuevo ataque, el 27 de julio sale al campo y se dispara con un revólver; regresa a su hogar y avisa a los señores Ravoux para que soliciten un médico al no encontrarse bien. Reconoce haberse disparado y los doctores le vendan la herida pero no extraen la bala. Enterado de la noticia, Theo parte para Auvers y pasa el día con Vincent, fumando ambos en pipa. El 29 de julio de 1890 fallece el primer genio de la pintura contemporánea. Curiosamente, su hermano Theo muere seis meses después en una casa de salud de Utrecht. Desde 1914 ambos hermanos reposan juntos en el cementerio de Auvers-sur-Oise.

viernes, 22 de abril de 2011

Pablo Ruiz Picasso

Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Crispín Crispiniano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso, este es el verdadero nombre del famoso Picasso, quien nació en el año 1881 en Málaga, España.
Este conocido pintor, dibujante y escultor español se ha iniciado en el mundo de la pintura a través de su padre, profesor de Bellas Artes.
Desde joven, Pablo ha sentido una gran atracción hacia la cultura Chavín en Perú, en la que se basaban muchas de sus obras.
Comienza a integrarse en el ambiente cuando Pablo colabora como dibujante en diferentes revistas catalanas y funda la revista “Arte joven”, y comenzando a expresar en la pintura de sus primeros cuadros.
Comienza un nuevo período para Picasso, en el cual, a causa del suicidio de un amigo suyo en Paris, descubre que su musa podrían ser el ambiente bohemio de las calles parisinas, que por cierto ha mostrado en sus cuadros.
Aquí muestra su estilo tan característico que esta vez se distingue al mostrar tonos azules y al representar personajes escuálidos con expresión trágica como en “Dama en Eden Concert” de  1903 o “Las dos hermanas” de 1904.
Cierra su período con su obra “Habitación azul”, en la cual muestra su paleta de colores.


Aquí en esta ciudad tan especial para el artista, Pablo conoce a su primera compañera, con quien viviría bastantes años y ha sido quien lo acompaña en cada una de sus obras.
En este período ha surgido la más inusual de su producción artística, la cual ha sido “Autorretrato”, que es la última obra en la que Picasso se siente identificado por el post-impresionismo.
Aquí los tonos rojizos dominan, oscuros o claros, en las distintas partes de cuadro. En esta obra Pablo no se detiene en los detalles de la forma de la cara, sino que pone más énfasis en los colores, jugando con los tonos para lograr más realismo al rostro.
Luego, al llegar 1906, Picasso por medio de sus nuevas obras muestra un gran cambio en su estilo al verse influido por el arte africano, así lo muestra con el retrato de Gertrude Stein y “Las señoritas de Avignon”, donde frente a la pintura trata la profundidad espacial y la forma de representación del desnudo femenino, reestructurándolo por medio de líneas y ángulos.


Continuando en su trayectoria, Picasso muestra en sus siguientes obras, un modo de pintar neoclásico, como se denota en la Mujer sentada y La Griega, en donde muestra una pintura pura, con una afilada observación en los objetos de su taller, de modo intelectual.
Le han continuado: “El Retrato de Vollard” y “le guitariste” de 1910 y “El aficionado” de 1912.


Picasso luego manifiesta un período clásico, que podría dar comienzo en 1917, en el cual Pablo brinda la sensación de estar cansado de estructuras geométricas y y vuelve al desnudo monumental, al dibujo Ingrés, al equilibrio.
Lo que no representa en los años siguientes, ya que en su siguiente período a partir de 1928 las formas son distorsionadas, refiriéndose  lo monstruoso, como lo muestra en sus pinturas destacadas: “Bañista en pie” de 1929, “Bañista al borde del mar” de 1930 y “El sueño” de 1932.


Ha continuado en su trayectoria artística con un estilo expresionista, en el cual ha logrado su famosa obra “Guernica” de 1937, esta es una composición en blanco y negro que proyecta los horrores de la guerra civil.
El punto de su estilo expresionista esta marcado por cabezas de dos caras, principalmente.


Luego de la Guerra Mundial, Pablo se traslada a Vallauris, en donde finaliza su obra comenzada en Paris, a pesar de estar plagado de nazis, su escultura “El hombre del cordero”, una pieza de 2,20 m de altura, la cual se sitúa en la plaza del mercado de dicha ciudad  y, continuando con estrecha dedicación a la cerámica el artista realiza cerca de 2000 piezas.


Aquí en esta bella ciudad, la pareja ha tenido dos hijos, lo que ha generado una presentación de cuadros más infantiles y maternales, los que han sido seguidos por enormes murales como “La guerra y La Paz”, “Massacre en corée”, “La Baignade”.


En sus ultimos años, el artista de gran prestigio ha pintado variaciones de temas célebres, muchos de sus últimas obras  se han basado en las obras de los grandes maestros del pasado como Diego Velázquez, Eugenio Delacroix y Eduardo Manet.


Tal ha sido el reconocimiento del artista que en el año 1963, se ha inaugurado el Museo Picasso, en la ciudad de Barcelona, España; y unos años más tarde al cumplir 90 años de edad, Pablo ha sido merecedor de numerosos homenajes.


Finalmente el artista Pablo Picasso fallece en Notre-Dame-de-Vie, Mougins, Francia en el año 1973 a los 91 años de edad.


sábado, 9 de abril de 2011

Joaquín Peinado


 Joaquín Ruiz-Peinado Vallejo nace en Ronda el 19 de Julio de 1898. Muy pronto destacarían sus aptitudes para el dibujo, lo que hizo que se matriculara en 1918 en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, siendo becado durante tres cursos en el Monasterio de Santa María de El Paular (1921-1923). En 1923, una vez superados sus estudios, marcha a París, donde se establecería de manera continuada. Desde su llegada se integra en el mundo artístico, conformando junto a otros españoles como Manuel Ángeles Ortiz, Hernando Viñes, Francisco Bores, Pancho Cossío y Picasso -con el que mantuvo una especial amistad- la llamada Escuela Española de París.


Sigue manteniendo contacto con sus amigos de España, como Federico García Lorca, al que conoció en Málaga en 1918, y sobre todo, con Francisco García Lorca con el que se encontraba muy unido. Asimismo, continuaría formando parte de la vida artística española, participando en la mítica Primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos en 1925, e ilustrando las revistas Litoral, Gallo y La Gaceta Literaria, así como La flor de Californía de José María Hinojosa. La Diputación de Málaga le reconocería en 1929 con el premio de pintura junto a José Moreno Villa en la Exposición Arte Regional Moderno en la Casa de los Tiros de Granada. Mantendría relación con las artes escénicas, participando en Un Perro Andaluz (1929) y La Edad de Oro (1930) -de su amigo Buñuel- o como escenógrafo y figurante en Carmen de Feyder (1925). Igualmente, y en 1926, participaría en la representación de El retablo de Maese Pedro de Falla en Ámsterdam junto a Buñuel, Cossío, Viñes y Ángeles Ortiz.


Su trayectoria artística lo llevaría a ocupar un puesto destacado dentro de la Escuela de París; sus méritos artísticos serían reconocidos ostentando los cargos de director de la Sección de Pintura de la Unión de Intelectuales Españoles, la vicepresidencia de la misma y el nombramiento por la UNESCO como delegado de la Sección de Pintores Españoles de la Escuela de París.


En 1946 sería uno de los organizadores de la exposición Arte de la España Republicana. Artistas españoles de la Escuela de París, celebrada en Praga. Desde esta fecha serán frecuentes sus exposiciones internacionales, ya sean individuales o colectivas, siendo agrupado dentro del mejor arte francés de la época. Del mismo modo y en paralelo a esta fecha (desde 1945) un estilo personal acompañará su vida, alternado con experimentos abstracto-geométricos donde se denota en la importancia del modelo, lo estricto del dibujo, la racionalización de lo representado y el uso del color con calidades de acuarela. En 1969 regresa a España gracias a la exposición en la Dirección General de Bellas Artes que consagra su figura en nuestro país.


Peinado es considerado pieza fundamental para la revisión del arte español contemporáneo y la llamada Escuela de París, así como por su acercamiento a lenguajes plásticos como el Neocubismo, la Figuración Lírica o la abstracción geométrica.


Muere en París el 13 de Febrero de 1975